Muchos emprendedores en la obligación de cubrir las necesidades de sus negocios, frecuentemente se enfrentan a la siguiente pregunta: ¿Cómo protegeré a mi empresa de posibles riesgos?.
Actualmente un alto porcentaje de empresas se ven obligadas a cerrar durante su primer año de operaciones, debido a que están expuestas a diversas eventualidades que pueden generarles gastos no previstos y desestabilizar la situación financiera de la empresa llevándolas a la quiebra, las respuestas a la pregunta anterior son muy simples y te las presentamos a continuación:
1. Anticiparse:
Lo más importante y la mejor opción ante los problemas, siempre será anticiparse a cualquier imprevisto y acercarse a pedir ayuda a los profesionales del sector empresarial, no importa si la empresa es pequeña, mediana o grande.
Un ejemplo de un problema común podría ser: ¿Qué sucede si un cliente no paga?, el incumplimiento de los clientes puede llegar a paralizar una empresa, ya que el flujo de efectivo es necesario para continuar con sus actividades.
Al momento de brindar al cliente los bienes o servicios de la empresa nunca es 100% seguro que realice el pago, y menos si es un pago en parcialidades. Sin embargo, para protegerse del incumplimiento de los clientes es extremadamente necesario:
Elaborar un contrato.
Analizar si el cliente es buen prospecto para otorgarle crédito.
Si a pesar de ello el cliente incumple con el pago, se deberá proceder a realizar el cobro llegando a un acuerdo, mediante métodos alternativos de solución de controversias, o en su defecto a través de la vía judicial. Es importante señalar que el éxito de una demanda dependerá de la elaboración del contrato adecuado.
Es considerablemente grave no firmar contratos con los clientes, ya que, si exigen algo diferente a lo pactado, lo más seguro es que se pierda al cliente, pues tendrá la sensación de que la empresa no cumplió, además de que podría demandar o presentar quejas como consumidor.
En cambio, si se firman debidamente los contratos, será suficiente con leer el mismo y aclarar los malentendidos, para establecer los derechos y las obligaciones tanto del cliente como de la empresa.
Debes tener la confianza suficiente para depositar tu negocio en manos de profesionales como abogados, contadores, financieros, economistas, administradores, entre otros, que van a ayudarte a planear y ejecutar las estrategias de prevención.
En el caso del área legal debe incluir lo siguiente:
- Diseñar una estructura empresarial con la cual puedas evitar problemas jurídicos y acceder a beneficios legales y fiscales.
Que te brinde una opinión jurídica ante la presentación de cualquier problema legal.
Que una vez presentado el problema, pueda representarte ante terceros y las diferentes autoridades.
2. Organizarse:
Es elemental contar con toda la documentación al día, contratos de arrendamiento, contratos de trabajadores, bajas de trabajadores, cualquier tipo de contratos que realice la empresa, actas de asamblea y acta constitutiva registradas, pagos de seguros, facturación; con ayuda de los profesionales y de un administrador, se puede tener una mejor organización de todo este tipo de archivo.
3. Consolidar tu equipo:
Formar un equipo conformado por trabajadores de confianza y gente funcional, es una pieza muy importante para el éxito de tu negocio, ya que estas personas son la cara de la empresa y afectan directamente la experiencia y satisfacción de los clientes.
Otra parte no menos importante es conformar tu equipo de proveedores; cuando planificamos un negocio, una de las principales labores es encontrar a los proveedores adecuados, que cumplan con la calidad, servicio, precio y entrega que mejor se adapte a las necesidades de tu empresa.
No obstante, puede que surjan algunos imprevistos, por ejemplo, que tu mejor proveedor no entregue su producto o servicio, o que no lo haga a tiempo, o bien, que sea de una calidad y cantidad diferente a las pactadas.
Es por ello que siempre será necesario firmar un contrato elaborado por un especialista en derecho, con la finalidad de tener un fundamento legal para reclamar el cumplimiento o, en su caso, demandar al proveedor.
4. Proteger:
Se recomienda contratar seguros empresariales, los cuales ofrecen coberturas que brindan protección ante pérdidas y daños por incendio o inundación, robo de mercancía, robo o daño de maquinaria, daños por accidentes y actos de vandalismo, gastos de remoción de escombros, responsabilidad civil, entre otros.
Inclusive existen complementos de las coberturas básicas que se hacen cargo por determinado tiempo de los gastos del negocio en caso de que se vea obligado a suspender actividades por causa de incendio o eventos catastróficos. La mejor opción es contratar un seguro de negocio múltiple, es decir, un paquete que proteja integralmente a la empresa.
Por supuesto el mejor consejo para proteger tu empresa de cualquier imprevisto es contar siempre con asesoría profesional en toda la rama empresarial, para así lograr ofrecer a tus futuros clientes un servicio de calidad, y proyectar la buena imagen que se desea.
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